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Una comunidad de aprendizaje horizontal y empoderamiento femenino

Tras un año de experimentación, + Mujeres en UX se consolidó como un espacio seguro para crecer, compartir experiencias y formarnos desde la igualdad. El 2019 queremos llegar a más mujeres.

En enero del 2018, nos reunimos por primera vez para analizar la realidad de la industria en términos de participación y protagonismo femenino. Los dolores seguían siendo los mismos que hace años. A pesar de que el escenario ahora era mucho más favorable, este seguía siendo hostil.

Por eso, pensamos en generar instancias donde las mujeres pudiéramos ayudarnos mutuamente y promover el trabajo de las demás. Potenciar a chicas que están partiendo, y que no tienen la experiencia ni el “carrete” de las que llevamos años fue uno de nuestros objetivos. Eso fue lo que hicimos. Y resultó tan bien, que ahora estamos cumpliendo un año en miras a nuevos desafíos.

Todas pasamos por el momento en que la revisión de un cliente nos puso a prueba, o algún colega no nos prestó la ayuda necesaria. En distintos contextos, muchas incluso nos hemos sentido acosadas por alguien. Sabemos que eso sigue pasando. Lo que nosotras estamos tratando de hacer es que ocurra menos y que, si pasa, las chicas estén más preparadas.

Por eso, en todas las actividades que realizamos, nuestro motor es que las mujeres más empoderadas puedan desde la generosidad, empoderar a las que no lo están, y eso es súper potente. Es un crecimiento para todas y nos acompañamos en eso. Generamos un espacio seguro en todo lo amplio de su significado.

La discusión, entendiendo el significado de la sororidad, es cómo ayudamos a las que están más débiles, sin caer en validarlas solo por ser mujeres. Sería muy distinto para nosotras, si esto hubiese existido antes. Hace algunos años el ambiente laboral era mucho más adverso y eso nos hizo aprender más. El escenario antes era más hostil y masculino. Había áreas como las de desarrollo donde casi no había mujeres. Muchas tuvimos que aprender técnicas de validación y sobrevivencia para poder hacer nuestro trabajo.

Hoy, en la medida en que los equipos son más diversos respecto al género; en que ya no son solo hombres versus mujeres, permitimos que este tipo de trabajo se potencie para todas y todos, haciendo que las diferencias se sensibilicen y resuelvan de otra forma.

Entender que somos una comunidad que no busca que nos validen por ser mujeres, sino que nos planteamos como personas con competencias, es distinto. Eso marca nuestra responsabilidad. Nosotras esperamos vislumbrar estas diferencias, y eso implica influir en las decisiones para quienes están en cargos de cierto poder.

La paridad en la contratación también es uno de nuestros focos. Queremos que la cuota sea más pareja, o si tienes a un hombre y a una mujer con las mismas competencias, poder decidir y elegir a una mujer.

Esto es necesario, porque si bien, la industria tecnológica se caracteriza por ser innovadora e ir a la vanguardia, a veces es súper compleja y poco amable para las mujeres.

Si me permiten soñar en grande, podríamos en un tiempo más, ofrecer servicios de consultoría y headhunting para contratación de mujeres. Ser capaces de asesorar procesos de selección y ofrecer a la industria un servicio que viene con el sello de +Mujeres en UX.

De aquí a 10 años más, probablemente nuestro impacto como organización, no va a ser solo a nivel de fortalecer la participación de más mujeres en la industria, sino sensibilizar en torno a la participación femenina de otra forma. Nuestra disciplina es muy amplia en los roles que hay y, desde ahí, podemos ir influyendo en áreas aledañas.

Llevo 12 años trabajando en la industria digital. Sé que hoy el escenario es mucho más favorable para nosotras comparado con el 2007. Sin embargo, haber comenzado hace más de diez años también me ha dado una experiencia que va más allá del ejercicio de mi profesión. Y eso quería compartirlo con las demás mujeres de la comunidad.

Con el tiempo, a una le resulta más difícil aprender procesos que son distintos de los técnicos. Yo sé que puedo aprender nuevos métodos, herramientas y disciplinas. Pero el hacer mentoring, me significó planificar un proceso con otra persona, para ayudarla en ámbitos que ella sentía débiles y que se suponía que yo tenía mucho más consolidados. Para mi fue alucinante y súper positivo desde el cómo una puede aprender junto a la otra.

En las mentorías, las mentoras les enseñamos a otras mujeres herramientas desde lo técnico a lo blando, para ayudarles a estar más empoderadas. Todas en algún momento dudamos de nuestro conocimiento o de nuestras habilidades. El objetivo de las mentorías era transformar eso en algo positivo. Debíamos ayudar a otras a enfrentarse a lo que fuese sin sentir miedo.

Además, mi carrera es bien distinta. Siempre tuve cargos de responsabilidad y trabajé siempre con equipos masculinos. Nunca estuve en un escenario donde pensara que no podría ascender. Soy una de las pocas mujeres que tienen un cargo gerencial. Desde ahí, la pregunta es ¿qué hago yo desde mi rol para poder favorecer en la participación de mujeres, y potenciar sus capacidades profesionales?

Al considerar mi experiencia de esa forma, pude entender que había cosas que yo sí podía aportar, y en el proceso, vi otras que yo no tenía tan resueltas como creía.

El síndrome del impostor está presente tanto en las mentoras como las mentoreadas. Eso es algo que noté solo al ser parte de este proceso. En el fondo, no importan los años que una lleve en el área, siempre puedes sentir que no sabes tanto. Y ahí está el núcleo de las mentorías; terminaron siendo una fraternidad con otra chica, a partir de la guía y la sugerencia de caminos, que permitió entender que una también tiene cosas que superar.

Porque partes el proceso con una persona, y terminas con otra diferente. Y probablemente yo también cambié muchas cosas, y eso es algo generoso. Disponibilizar libremente tu tiempo, tu experiencia, para que alguien pueda tomar lo útil de eso. Que pueda recibir lo que tú le estás contando y pueda servirle de algo.

El impacto de + Mujeres en UX nos dio certeza de que estábamos haciendo algo necesario. Perú y Argentina, se asociaron por interés propio, presentamos la experiencia en ILA Río y StarsConf. Todo esto, coincidió con la ola feminista del 2018, y eso fue otro desafío.

Preguntas como ¿estamos a favor o en contra del aborto ?, ¿qué vamos a decir respecto al acoso sexual? Son conversaciones que tuvimos que tener y nos obligaron a tomar posiciones. Ser una comunidad para mujeres, para personas que se identifican como mujeres y personas no binarias que están desde el femenino, implica una decisión. Eso conlleva ser sororas, solidarias, respetuosas de la diversidad. Críticas cuando sentimos que nos pasan a llevar.

De la misma forma, hemos encontrado otras agrupaciones de mujeres. Conocimos a las Chicas en Videojuegos, Las mujeres desarrolladoras, Girls in tech, Ruidosa, etc. Esto nos ha mostrado, que más allá de la disciplina en que estemos, hay dolores que son transversales. Y eso es un desafío constante, ¿cómo nos hacemos cargo de ciertas situaciones?

Nunca nos imaginamos llegar al año. Mirar atrás es mucho camino recorrido. Todo pasó muy rápido. Creo que las ganas de haberle dedicado más tiempo a la comunidad, es un sentimiento común. Más tiempo haciendo mentorías, trabajar en más charlas, compartir más, etc. Porque al final, es algo que a todas nos encanta.

Quienes pertenecemos a +Mujeres en UX estamos ahí por cariño. Porque tenemos confianza en que lo hacemos es necesario y le sirve a otras chicas para recorrer el camino de una forma diferente. Sin miedo.

Quizás para algunas, lo que menos hicimos el año pasado fue hablar de UX. Pero logramos generar algo que no existía antes.

Claramente, debemos seguir avanzando. Una de nuestras metas es llegar con la organización a todo Chile. Uno de nuestros ideales, debería ser el llegar a trabajar como comunidad, más allá del voluntariado. Porque esto se está haciendo súper grande, y para todas son más horas de trabajo después de salir del trabajo “real”.

Sin embargo, participar es tan contenedor, que hace que todo valga la pena. A pesar de estar cansada, vas a una actividad y sales recargada, llena de energía. Esa es otra razón para que cada día más mujeres se integren, sentir que somos parte de algo más grande y poderoso.

Como una integrante del equipo, mi sueño es que la comunidad crezca en toda Latinoamérica, que podamos contar la experiencia fuera y dentro de Chile. Poder motivar a más chicas — más allá de si trabajan en UX o no- a que se tomen los espacios laborales, y que pierdan el susto de enfrentarse a un entorno más masculino. La idea es empoderarte de tu experiencia y conocimientos.

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